«El fin de la política debe ser el bien del hombre». Aristóteles
En el espectro político nacional podemos distinguir de manera general dos bandos: Conservadores y Liberales.
Con el PRI, a pesar de su liberalismo, los más de 70 años en el poder son ejemplo de un grupo selecto que domina los espacios y empresas públicas, las saquean y no llenan.
Con el PAN, 12 de años de progreso para el sector empresarial, y una política falsa como la reputación ficticia de los conservadores, supimos que la derecha puede ser más terrible que las «dictaduras perfectas», pues representa el sector social que hereda el poder a sus descendientes.
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Por ello, a nivel personal nunca he votado ni por PRI ni por PAN, es una cuestión que como individuo siempre he analizado y sometido a la autocrítica.
En 2006 fue la primera vez que ejercí mi derecho a votar y opté por una alternativa; ni tricolores ni azules, lo hice por la estampa representada por Andrés Manuel López Obrador.
Nunca había pertenecido a ningún partido político, ni era un amarillo convencido, el asunto del Desafuero contra un candidato (AMLO) era una señal de que había algo en él que incomodaba a la oligarquía bipartidista (PRIAN).
Con poca experiencia, sabía que la Democracia se construye y enriquece con la diversidad de las ideas, corrientes, y opiniones. Conocemos a través de la experiencia, es por ello que para afianzar un gusto, tenemos que vivirlo o probarlo. Fue así que decidí apoyar a quienes todos se referían como «El Peje«.
AMLO y el movimiento social de millones de mexicanos ganaron en 2006, con excepeción de que su triunfo significaba el finiquito de negociaciones turbias entre el PAN y PRI, por lo que orquestaron el fraude electoral del nuevo milenio. El «Sistema» se replegó en una mezcla de colores por debajo de la mesa, y le arrebataron el triunfo no a López Obrador, sino a los mexicanos y al país mismo.
En 2012, convencido de la urgencia de un cambio social y político, volví a apoyar al «lopezobradorismo«, pero la descarada compra del voto por el partido tricolor bloqueó el triunfo del que era el mejor proyecto: La República Amorosa de #AMLOVE (como lo satirizaban algunos). 😂
En ambas elecciones presidenciales (2006 y 2012), AMLO ha enfrentado al PRI y Aliados, junto con el PAN, lo cual le ha valido ser el político mexicano contemporáneo más atacado, criticiado y espiado en nuestro país.
Es decir, en nuestra República Mexicana, Liberales sin escrúpulos se han unido a Conservadores entreguistas, cuando estos dos bandos sienten que un «tercero» les puede extinguir sus pactos y negocios.
Es ahí cuando todos se unen y desprestegian, juzgan, lanzan burlas y noticias que confunden al mexicano promedio, generando «el mito del Peje«, el cual supera por mucho a quien realmente es este hombre tabasqueño.
La filosofía política del movimiento que abandera Andrés Manuel López Obrador, representa la cara liberal y republicana que atiende al pueblo, que voltea a las necesidades ciudadanas, que atesora las hazañas históricas para impulsar el progreso sostenible de la Nación.
Andrés Manuel es el único mexicano que ha recorrido todos los municipios de México, sí, ¡todos! 😮 algunos dos, tres, cuatro o más veces, llevando el mensaje de esperanza y cambio.
Se acerca el 2018 y los precandidatos son muchos, como nunca en la historia, pululan: Noroña, Castañeda, Zavala, Mancera, Ferris, Chong, Videgaray, Moreno Valle, Aureoles, El Bronco, y otros más… bueno, hasta el EZLN (quienes eran apartidistas) está fraguando a una candidata representante de los pueblos indígenas.
¿Qué podemos advertir de lo anterior?: «DIVIDE y VENCERÁS».
Preguntémonos los zacatecanos:
¿Por qué creen que en Zacatecas se postuló a un cantante del género musical que más impera en el Estado entre la mayoría de los ciudadanos, para las elecciones por la gubernatura?
¿A qué sector de la población impacta una propuesta política como ésta, válida constitucionalmente, pero sin proyecto, plataforma ni contenido político claro? 🤔 ¿Cuál es su fin?
Como este caso existen muchos, y el gran listado de precandidatos o aspirantes a la Presidencia Nacional es con el único fin de restarle votos al candidato que represente un «peligro» para el partido político gobernante o la clase política oligarca dispersa en otras organizaciones.
Por ello, que no nos sorpendan una vez más, hay que salir paulatinamente del «despeñadero» y evitar caer en la guerra civil que fue el «calderonazo» (Guerra contra el Narco).
Vayamos por un proyecto político que verdaderamente invierta más en educación, empleo, salud y seguridad.
Hagámoslo con Valor y Honestidad (el voto no se vende, se defiende y se emplea el día de la elección). No existe mayor acto de rebelión pacífica que respetar nuestra dignidad humana, la cual no tiene precio.
Por lo anterior y más, #AMLO será el hombre que siembre la semilla de la transformación en México que protegerá a tus hijos y las demás generaciones, nosotros seremos la tierra que cobije y germine el sueño de una patria nueva. ¡Es tiempo! 😀
DER
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@Velvetfusca