La eterna lucha entre los conservadores que quieren que las cosas sigan como siempre, y los revolucionarios que intentan mejorar el mundo.
Cuando las sociedades enfrentan tiempos de cambio, no tardan en salir las voces: «eso es un peligro», «llegará la decadencia», «se han perdido las costumbres», «es una falta de respeto», etc.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador está apretando las tuercas del país; ha puesto el dedo en zonas intocables para los gobiernos anteriores, y como dijo Padierna, la pus de la corrupción está saliendo.
Falta mucho por hacer, la salud del país no se recobrará en un 2×3, hay que seguir firmes en el tratamiento, administrando las dosis exactas en los momentos oportunos, y poco a poco se verán los logros en el aumento presupuestal (ahí viene la refinería Dos Bocas), en las inversiones y el empleo (no olvidemos que estamos en crisis por COVID e internacional, y no hemos pedido ni un solo dólar al FMI); la estrategia de seguridad nacional tendrá que readaptarse a los últimos informes y evaluaciones que se tienen; la educación y las oportunidades a los jóvenes se verán en el mediano y corto plazo; el campo mexicano y los programas deberán articularse seriamente por profesionales, especialistas (y no por coyotes y sabuesos del viejo régimen que han estado haciendo el negocio propio en SEGALMEX, la SADER y otras dependencias homólogas) ¡Denunciemos los actos de corrupción con pruebas! Los ciudadanos no sólo transformamos la realidad con el voto, sino con la participación social, consciente y justa en los canales correctos podemos ayudarle a López Obrador, él solo no puede con todo.
Las elecciones del 2021 serán las primeras que se basen en una imparcialidad plena por parte del Ejecutivo y el Gobierno en general, como antes no habíamos visto (quien lucre con recursos públicos, a las rejas).
Amemos nuestro país, nuestra historia, nuestras tradiciones y nuestros sueños.
Definámonos y actuemos por el bienestar. Si AMLO ha hecho un buen o mal trabajo, la ciudadanía sabrá evaluarlo en las próximas elecciones; sean los resultados que sean, todos debemos afrontar la reflexión individual y contribuir con nuestra gente cercana en impulsar el desarrollo de nuestras colonias, barrios, comunidades y pueblos.
«No hace falta tener un cargo público en el Gobierno para mejorar el lugar donde vivimos».
D E R
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