Todos somos Trabajadores

Imaginemos un mundo distópico en el que vayas y te atiendas al médico (supongamos, una cirugía), y después de horas de extenuante trabajo, ya reposando en tu habitación del hospital, cuando el Médico habla de sus honorarios, le dices que te espere, que no tienes dinero, pero que le vas a pagar.

Igual pudiéramos repetir este ejercicio mental con la señora que nos vende el almuerzo todos los días en el trabajo, quién desde temprano compra su masa, cocina sus guisos, prende su estufa y se gana la vida manteniéndose de su esfuerzo diario.

Pensemos en peluqueros que cortan el pelo y no reciben pago, o en músicos que ambientan bodas y los esposos no dispersan el dinero acordado en el contrato. Podríamos también, aplicarle el infortunio al mismo gobierno que nos provee de servicios básicos como la luz eléctrica, el agua potable o el gas.

La constante sería que «a ningún trabajador se le pague por el trabajo realizado»

¿Sería ese un mundo justo?

No, sería todo lo contrario: un mundo de actos injustos.

Con el encarecimiento de lo que significa vivir en la actualidad, nadie o casi nadie se atrevería a trabajar sin que se le asegurara el pago de sus esfuerzos. No olvidemos que el trabajo nos dignifica como seres humanos , pues al trabajar nos convertimos en útiles para la sociedad.

«El salario es bendito», es lo que deberían aprender los funcionarios públicos que lo recortan o lo retrasan. Con el salario, los trabajadores no sólo cubren sus necesidades de consumo básicas, sino que también les permite continuar con el ejercicio de sus habilidades y conocimientos (de esta manera le economía no se paraliza, el dinero debe circular, esa es su esencia).

Desde ayer se anunció un ‘Paro de Labores‘ entre los trabajadores de la educación del SITCECYTEZEMSAD, debido a que el Colegio no contaba con el presupuesto para pagar la nómina correspondiente. Sé de manera cercana la situación problemática financiera por la que atraviesa no sólo el CECYTEZ, sino todas las instancias dedicadas a la educación, lamentable suceso que no agrede sólo al estado de Cantera y Plata (bueno, no hay plata), sino también en muchos estados más.

Como Docente y Trabajador de la Educación, nos mantuvimos unidos ante las embestidas laborales y políticas que el magisterio nacional recibió por el presidente de México anterior (de quién ya ni escribiré su nombre), y aún así nos maquinó grandes golpes.

Hoy, con la llegada del nuevo Gobierno Federal, quién tiene otra figuración muy distinta sobre la noble labor de las y los maestros mexicanos, debemos seguir manteniendo la unión, no sólo como gremio ni únicamente entre el gremio, sino como trabajadores que somos TODOS.

Ante el ‘sistema’ soy el trabajador 817 (de esta manera nos clasifican), sin embargo, los trabajadores somos más que un número frío que se reemplaza en cualquier momento; somos personas, con sentires e ideas, con voz y conciencia, usemos éstas herramientas para impulsar el progreso desde nuestras geografías y contextos.

«El pueblo unido jamás será vencido»

Hay máximas que nunca caducan…

D E R

velvetfusca@hotmail.com

@Velvetfusca

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